Tan misterioso enigma que eres, tiempo.
Eres la más real alucinación,
El más inefable concepto,
Mi miedo perpetuo…
Sin piedad alguna,
Arrastras desenfrenadamente a la humanidad,
Hacia la insignificancia,
Hacia el inevitable olvido.
Soy una paradoja,
Yo doy todo y quitó mucho,
Soy un instante y un infinito pasajero.
Una divina fusión entre la vida y la muerte.
Tiempo, tú me prometistes que tenía tiempo.
Y por eso jugué contigo a ser eterno.
Pero nada ni nadie más engañoso que tú,
Cuando te deseo eres efímero y cuando no te quiero duras una eternidad.
Eres agua que bebo por despecho,
Pero incluso mientras lo hago,
Te me resbalas de mi boca.
¿Qué eres tiempo? ¿No ves que no te entiendo?
Soy un delincuente libre e imparable,
Vivo en los radiantes días, y en las oscuras noches.
Soy tan personal como compartido.
No soy un “qué”, ni un “cuando”
Lo soy todo, en nada,
Soy la fugacidad en carne y hueso.
Yo soy tú.
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