Juro que son sus ojos.
Y esa distinta mirada.
Un bosque salvaje de lujuria,
Una mezcla de caos y silencio.
Son el milagro más puro.
El más mortal pecado.
Su profundidad refleja esa intensidad, Dentro de su alma esa pervertida sed.
Tiene esa mirada, de completa sinceridad, De terrible picardía.
Tiene esos ojos, que crean en mi interior un desorden erótico, un conflicto entre lo verdadero y lo irreal.
Esos ojos… Que te ven, Te desvisten. Te estremecen. Te llevan al cielo y al infierno al mismo tiempo.
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