Sentados en la habitación,
sosteniendo en la mano un crayón.
En el papel un dibujo de un dinosaurio
y un caballero de adversario.
Jugando con muñecos
y tomando un refresco.
Imaginando un mundo de fantasía
que por su magia nos entretenía.
Pensando que haríamos el resto del día,
que aventuras este traería.
una vida en la que las horas nunca parecían pasar.
el único problema era ¿qué sería divertido jugar?
Ahora escapando en el carro
Sosteniendo en la mano un cigarro
el dinosaurio se convirtió en nuestro peor temor,
y el caballero se rindió.
Jugando con personas temporales
tomando shots para curar nuestros males
tratando de escapar la realidad
aquella que nos recuerda nuestra fatalidad.
queriendo no pensar ni recordar,
solo sintiendo las horas volar.
intentando soltarnos de la barandilla,
para enfrentarnos a lo salvaje de la vida.
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