Ese ser humano,
es un puto adicto.
Adicto a sentir.
Sentimientos fatales,
o sentimientos virtuosos,
da igual.
No le interesa si se destruye a sí mismo,
con tal de saciar su sed,
con tal de no sentirse entumecido ni un segundo.
A ese adicto,
no le importa nada más,
que embriagarse de sentimientos.
Comments